Reducimos la huella de carbono, ¡solo tenemos un planeta!
La emisión de gases de efecto invernadero es uno de los principales factores que contribuyen a la aceleración del cambio climático. El principal causante de esta situación ha sido la actividad humana, provocando un sobrecalentamiento del planeta. Organizaciones, empresas y entidades son emisoras de gran parte de los gases de efecto invernadero y las que impactan a mayores rasgos en el medio ambiente.
Muchas empresas de hoy en día se marcan como objetivo incorporar el verde y la reducción de su huella de carbono. De este modo pretenden llegar a ser una empresa más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Un compromiso que tarde o temprano tendrán que asumir todas las empresas para compensar sus emisiones y lograr un impacto cero de CO₂.
La huella de carbono es el cálculo de la totalidad de emisiones de gases invernadero emitidas por un individuo, empresa o producto, de forma directa o indirecta. Se mesura en toneladas de CO₂ equivaliendo (tCO₂e), y se calcula multiplicando los datos de los consumos por factores de emisión.
Para reducir la huella de carbono hay que asumir ciertos hábitos y llevar a cabo pequeñas acciones: sustituir los fluorescentes por bombillas led, poner en práctica las tres erres (reducir, reutilizar y reciclar), potenciar las videoconferencias para ahorrar desplazamientos, incentivar a la movilidad sostenible con el uso de la bicicleta o los vehículos eléctricos, reducir las impresiones, o desconectar los aparatos eléctricos y ordenadores al acabar la jornada laboral.
La Unión Europea quiere lograr la neutralidad climática por el año 2050. Una neutralidad que se consigue cuando se emite la misma cantidad de dióxido de carbono a la atmósfera de la cual se retira por diferentes vías. También se llama balance cero o huella de carbono cero. Además, es uno de los objetivos de la Agenda 2030. Concretamente el objetivo 13 que marca aplicar medidas urgentes para combatir y adaptarnos al cambio climático. Conseguir el objetivo no es fácil y necesita la implicación de todos: gobiernos, empresas y población.
Ruben Fontarosa
